After All April Is Not So Cruel At All/ Poema Nuevo
2:47 AMEs el calor, pero no es sólo el calor.
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Empiezo a escribir un poemario de manera inesperada. Todo empezó con una mirada sorpresiva a la que me acerqué sin otra intención más que llenar de endorfinas cada mililitro de mi torrente sanguíneo; ya era hora de volver a sentir esa sensación, esta vez sin los errores del pasado. Fue así como me arrojé al espacio de incertidumbre, un abismo poblado por probabilidades… y caí… y mientras caigo tengo la certeza de que estoy flotando.
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En situaciones así la gente acostumbra recurrir a la música. Yo recurro a la música para todo. Sin embargo fue la pintura el arte que esta ocasión desencadenó el incendio en mi mente. Se me ocurrió mirar uno de los tantos retratos alegóricos que le hizo Dante Gabriel Rossetti a Jane Morris, en especifico uno que se reproduce en el tomo II de la antología de Oxford. Al momento en que contemplé la pintura empezó a crecer una ficción en mi mente y la realidad, una vez más, se volvió un mero instrumento estético. Cuando sentí peligro de ser ridículo pensé en el principio de despersonalización de T. S. Eliot y llegué a conclusiones pseudo-platonicas (en referencia al mundo de las ideas) que, a pesar de mi afinidad por las corrientes de pensamiento gramatológicas y anti-logocentristas, me hicieron sentir calma, sobre todo cuando mi devraye tomó un rumbo hacia Bataille y el ocultismo, como un salto de oca que te da la certeza de los augurios, pero no hay momento de más seguridad que aquél en que se tiene la convicción de que todo lo anterior es producto de vivir bajo un epicureísmo esteticista llevado al mayor extremo posible: no planear la vida más allá del propio instante, exprimir el aliento de cada segundo y hacer del proceso mismo de vivir una obra de arte.
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A la semana siguiente fui a la nueva exposición del MUCA-CU, que no tiene nada que ver con el prerrafaeilismo que llena mis fantasías. Al atardecer de ese día la realidad se rebeló y me dio algo más que objetos para la idealización estética. Encontré alguien que llena de alquimia los días, la pieza restante de un rompecabezas en el que encajan poco a poco las piezas.
A la semana siguiente fui a la nueva exposición del MUCA-CU, que no tiene nada que ver con el prerrafaeilismo que llena mis fantasías. Al atardecer de ese día la realidad se rebeló y me dio algo más que objetos para la idealización estética. Encontré alguien que llena de alquimia los días, la pieza restante de un rompecabezas en el que encajan poco a poco las piezas.
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Quedan por escribir mucho versos inesperados para completar este poema.
