de Cenizas para Richey Edwards
3:39 AM1
why do anything when you can forget eveything
Manic Street Preachers
Me borro.
Me vuelvo esta nada
llena de sombras,
los fantasmas de trazos
escritos bajo la certidumbre
que temblorosa habita
los rincones del fracaso.
Borro las líneas
que forman mi nombre
para volver a la honestidad
límpida del papel vacío;
ahí donde las letras
aún no se ponen a la venta
y se vuelven mentirosas
igual que todas las putas vírgenes,
igual que nosotros
sin poder distinguir ya
lo que nos aterra
de lo que nos complace
mientras grabamos
los discos que reseñan
las revistas de la crítica
en el círculo del purgatorio
donde todos dicen “sí”
y todas las calificaciones son “
donde con sólo tomar un micrófono
te muestran el pacto del aplauso
y basta con obedecer,
hacerte de amigos convenientes,
seguirles su juego insufrible
y tomar sus consejos
para descubrir un aroma de paraíso
en las llamas de la putrefacción.
Me borro.
Ya no me levanto temprano
y desarmé cada reloj
que había en mi casa.
Las fiestas se volvieron
eventos diplomáticos.
Ya no creo más en grados académicos
ni elogios epigramáticos en reseñas.
Al trazar la arquitectura
de mi honestidad en blanco
dicen que me vuelvo
carnicero de mi propia fama.
Creo en nada: mi nada,
tan propia, tan blanca.
Milito en el olvido
para des-trazar cada trozo
ya subastado de mi vida;
para andarla de nuevo,
esta vez como quien intenta andar sobre la nieve
sin destrozarle con sus pisadas la blancura.
Bloomsday is Here Again
3:11 AMEl 2 de febrero de 1922 (cumpleaños 40 de Joyce) se presenta en París un libro que conmemora esa fecha y es también [al menos para mí] la mejor novela de todos los tiempos. Si bien las admiraciones se pueden objetar, es indudable que los años de oficio que produjeron el periplo de Leopold Bloom y Stephen Dedalus por Dublín se palpan al pronunciar cada oracion que va tejiendo el Ulysses, y dejan a la cursilería que motivó el libro, al menos en la elección de la fecha, como una mera anécdota.
Virginia Woolf [tal vez por darse cuenta de la similitud con sus propias técnicas narrativas] se negó a publicar la obra maestra de Joyce. Sin embargo no bastaría un solo post para tan sólo mencionar a cuántos otros escritores ha influenciado el Ulysses, desde los contemporaneos a Joyce, como T. S. Eliot hasta nuestro Salvador Elizondo, cuya escritura por momentos ha sufrido la misma incomprensión local que la de su precursor dublinés.
Cuando salió el último disco de Franz Ferdinand, un amigo me preguntó si Ulysses tendría algo que ver con Joyce. Lo negué, si en realidad había alguna alusión sólo Alex Kapranos la entiende [no sería raro tratándose del Ulysses de Joyce]. Tiempo después encontré algunas entrevistas que aparecen al googlear los nombres de Joyce y el vocalista de Franz Ferdinand. En ellas, Kapranos acepta que en efecto tuvo alguna influencia circunstancial de Joyce, pero que en realidad pensó en Homero y en la fuerza que luego de miles de años sigue teniendo la historia del navegante desterrado por los dioses.
Ahora me imagino que, en alguna posible adaptación anacrónica, Stephen Dedalus y Leopold Bloom podrían escuchar a Franz Ferdinand mientras se emborrachan juntos la noche del 16 de junio. La actitud de esta canción es sin duda la de aquella noche. ¿Nadie se dispone a emularlos este Bloomsday?
Así termina este post: In the name of the former and of the latter and of their holocaust. Allmen.
Improvisación sobre un post-it de William Carlos Williams
1:46 AM
(foto vía Life)
Sólo te aviso
Me comí
las tunas
que tenías
en el refri
ésas que
a lo mejor
guardabas para
hacer agua
Discúlpame
Estaban muy ricas
tan dulces
tan frescas
***
El original de William Carlos Williams:
This is Just to Say
I have eaten
the plums
that were in
the icebox
and which
you were probably
saving
for breakfast
Forgive me
they were delicious
so sweet
and so cold