The very pulse of the machine;
A being breathing thoughtful breath,
A traveller between life and death:
The reason firm, the temperate will,
Endurance, foresight, strength, and skill;
A perfect Woman, nobly plann'd
To warn, to comfort, and command;
And yet a Spirit still, and bright
With something of an angel light.
Entré al cybercafe. Ella estaba ahí, como un fantasma, precisamente en la computadora junto a la que me dijeron podía usar. Al principio no la reconocí, pero la noté; su sola presencia la hace atractiva para mí. Ella me miró, con la indiscreción que lo termina delatando a uno cuando quiere pasar desapercibido. Repetí el mismo gesto que ella; entonces confirmé que era ella, recordé su nombre, sus besos, sus caricias. No dije nada. Revisé mi mail y la falta de comentarios de mi blog. Volvimos muchas veces durante diez minutos. Yo seguía sin decir nada. Hace dos años que no la veía; hace año y medio me llamó por teléfono; hace un par de meses creía haberla visto mientras caminaba solo por Miguel Ángel de Quevedo luego de comprar libros.
No le dirigí una sola palabra, aunque cuando salió me dieron ganas de gritar su nombre y decirle que me esperara. En cualquier otro día al menos hubiéramos platicado toda la tarde sobre lo que hemos hecho en los tres años que llevamos sin vernos; pero hoy me duele la cabeza después de haber pensando mucho tiempo cómo sería el mejor final (ya que no pudo ser feliz al menos tenía que ser memorable) para otros cuentos más largos, menos intermitentes y abrumadores como no ha sido la concatenación de microficciones que tejemos ella y yo.
lundi, octobre 29, 2007 7:20:00 PM
pues ya te dije que ese delight que ella causa no me llega ni a los talones. HUM!
lundi, octobre 29, 2007 7:21:00 PM
La idea no está bien redactada, pero se entiende, no?
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