Petite princesse, ma beauté, ma promesse
Ma petite faiblesse, ma plus belle histoire de fesses
Dans ma mercedes, c'est de l'espoir que je caresse
Souvenir suprême de mon plus beau problème
Dans ton abdomen, tout nouveau spécimen
Joue à la crème, c'est de l'espoir que je promène
Mon amour hélas, le temps passe
Mon amour hélas, le temps passe
Inevitable: atraviesa el concreto críptico de los cambios de idioma. Su velocidad consume las noches, congela en recuerdos el sonido de las risas de los amigos y el dulce tacto del abrazo de los amantes. Por las mañanas te empuja fuera de la cama, aún corre mientras el tráfico paraliza las avenidas. Mientras te aburres o esperas a alguien parece tomarse un descanso para burlarse de ti, que esperabas verlo apresurarse una vez más. Pero no, él nunca descansa, cuando tienes a tu espalda un camino largo descubres que él lo atravesó muy rápido y tú, iluso, querías tomarle ventaja. El tiempo se va: Mon amour hélas, le temps passe. Aunque, a veces, parece que entre nosotros no hubiera espacio para él.
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