Domingo 8 de marzo de 2009, día internacional de la mujer.
Llego a mi casa a las 11 de la noche en punto, tras una función de teatro frustrada, una infusión (buena, pero que no merece ser llamada té) y una caminata en Coyoacán con mi novia.
Reviso la crítica de cine del NYT. Me dispongo a escribir un post sobre la reseña de La frontière de l'aube, la nueva cinta de Philippe Garrel. Pero algo está mal. No me ha llamado. Son 11:15. Aún no ha llegado a su casa. ¿Estará bien? Me ahogo en angustia, pero creo que es paranoia. Un amigo, via messenger, me dice que esté tranquilo por unos minutos más. Me contengo. A las 11:30 decido, abrumado por imagenes de lo peor, que esta es la emergencia para la que guardaba los últimos dos mensajes de mi celular. 11:40, me llega el ansiado mensaje, ella está bien mas mi angustia no era del todo paranoica.
Poco antes de llegar a su casa un tipo intento violarla. Ella lo golpeó y huyó, sana y salva (aunque con una rodilla raspada) hasta su casa. No puedo describir más esto. Pero me siento afortunado de que ella esté bien, y poder citar sus palabras(esta vez poco poéticas, a comparación de lo habitual, aunque refieran a Dickens):
“8 de marzo.
¡Irónico día para un intento de violación!
Pero no se le hizo al pobre pendejo,
no contaba con mi agilidad de David Copperfield
para zafarme de cualquier tipo de amarre…”
Y algo que, creo yo, todas las mujeres deberían aprender de mi novia:
“Lo que me agrada es que hice lo correcto y no sentí miedo: sentimiento por el cual a muchas mujeres les pasa lo peor.”
No crean que un hombre es necesariamente más fuerte que ustedes, en situaciones así el coraje debe poder más que la perversión, como afortunadamente sucedió en este caso.
Aunque AZ salió bien librada, me enoja mucho esto. No sólo porque sea mi novia, o porque sea una mujer inteligente y porque creo que en la literatura mexicana hacen falta más mujeres como ella, que no se deja llevar por los clichés pseudo-poéticos de femme fatale a lo Storni o a lo Plath. No. Me indigna porque en tipos como el (afortunadamente frustrado ) violador la avalancha de información que surge en este día acerca de los derechos de las mujeres y la lamentable situación que existe en lugares como Ciudad Juárez, sólo causa risa y tienen el descaro de salir a la calle a intentar destrozar la vida de más mujeres.
Peor aún es que existan mujeres que contaron con menos suerte que mi novia y sus parejas o familias las traten como si ellas fueran las culpables de la violación (cuando en realidad necesitan comprensión y amor más que nunca) o, en el peor de los casos, tienen al violador en su misma cama. Me aterró ver que en la lista de víctimas de feminicidios en Juárez, publicada hoy en Día Siete, prácticamente todas las mujeres eran víctimas de “violencia familiar”, o que, como me dijo mi novia antes del por fortuna fallido incidente, otras mujeres sean amenazadas por los patanes de sus maridos (o incluso padres) con ser llevadas a Ciudad Juárez para “ver si las matan”.
Si bien espero que los lectores masculinos de este blog no sean violadores, creo que debemos cuestionar nuestra manera de ver y tratar a las mujeres. No son objetos sexuales, no son posesiones para presumir como trofeos, no son ideales petrarquistas, no son maquinas de incubar y engendrar hijos (y ahora hasta mantenerlos solas)... pero sí son, en la mayoría de los casos, los seres humanos con mayor sensibilidad y comprensión (aunque aún exagerar en estas cualidades podría caer en la discriminación). Debo aceptar que no soy un hombre perfecto, y he cometido muchos errores al tratar a las mujeres. Pero hay dos cosas que nunca haría, violar a alguien o comprar sexo, creo que no hay hombre más patético que quien hace cualquiera de esas dos cosas (o ambas, incluso al mismo tiempo) y que no existe nada más denigrante para una mujer, sobre todo, creo yo, cuando el escenario de tales vejaciones es la intimidad misma del hogar, pues entonces las mujeres ven más díficil defenderse del agresor y huir.
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Tenía, al llegar a mi casa, intenciones de traducir este frgamento de la reseña que para NYT hace Manohla Dargis sobre La frontière de l'aube--que ejemplifica lo que, creo yo, es una relación aceptable entre hombres y mujeres, o bien, mujeres y hombres, mujeres y mujeres, hombres y hombres, etc...
Les dejo esto para quitar el mal sabor de boca del susto anterior:
Muero por ver esta peli, y sólo hay una mujer con quien quisiera verla.
mercredi, mars 11, 2009 12:50:00 PM
hola
mira
encontre esto en otro blog:
Me siento incómoda con el 8 de marzo. Pero no dejo de reconocer que esta fecha es un piquetito de abeja para recordarnos que la exclusión, la violencia de género y la desigualdad son moneda corriente para muchas de nosotras en el mundo. Ojalá que un día no exista el día internacional de la mujer y no tenga sentido celebrarlo.
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